Aquella noche Rosa vigilaba el puerto desde la
ventana de su habitación. Estaba oscuro,
puesto que las nubes aún no se habían dispersado. No había actividad. La ciudad
dormía tras una dura tarde de trabajo limpiando los desperfectos que el mar
había causado.
La tormenta había sido terrible.
¿Dónde estaría? No acostumbraba a faltar a sus
citas. Pero no había rastro del bergantín y su reluciente bandera.
Él le
había asegurado que vendría a verla, pero la reluciente rosa blanca sobre aquel
oscuro fondo negro no se veía por ninguna parte. Tal vez hubiese escogido otro
barco para pasar desapercibido, si alquilen le descubría le arrestarían sin
pensarlo. Era peligroso, pero él nunca había incumplido una promesa.
La
noche fue avanzando, pero él no apareció.
Por
la mañana un niño de unos cinco años vino a despertarla. Se había acostado con
el amanecer y apenas pasaban de las nueve. Estaba cansada, pero no podía
desatender a su hijo.
-Mamá,
mamá, deprisa, papá no se encuentra bien -le indicó el niño algo alterado.
Se
le hacía raro que su hijo llamase papá a Dan. Pero era lógico, era el único
padre que conocía. Cuando creciese lo suficiente tal vez le contarse la verdad.
Debía hacerlo, el niño tenía derecho a saberlo.
Los
rumores llegaron a ella antes de que llegase al dormitorio de su marido. Al
parecer, en un trozo de madera que había aparecido en la playa estaba escrita
la palabra Rosa.
Ella
intentó no pensar en ello.
Su
esposo la necesitaba en ese momento. Últimamente estaba enfermo a menudo,
empezaba a preocuparse realmente.
-Peter
cariño, ve a jugar fuera un rato, ya me encargo yo de cuidar de tu padre
–le indicó al niño al llegar a la puerta del dormitorio.
El
niño obedeció de inmediato y, ella puso la mano sobre el pomo. "Oh, Eric,
espero que no te pasase nada en esa horrible tempestad, me dolería mucho que
jamás llegues a conocer a tu hijo más allá de lo que te cuento, amor mío, por
favor, que estés bien" se dijo a sí misma en un susurro antes de abrir la
puerta para atender a su enfermizo y rico marido.
Pobre
Rosa, su vida nunca volvería a ser la misma desde que Eric desapareció en el
mar.
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